jueves, 20 de febrero de 2014

Un instante de felicidad.

Hubo un momento en mi vida, en el que creí haber perdido el contacto con una gran persona importante para mi. Un alma buena y noble, sencilla y con un corazón muy grande.
Pero la vida me volvió a recordar, que solo se necesita un instante en el que todo puede cambiar. Me dio un instante de felicidad, de tranquilidad, cuando el contacto volvió a darse.
Volver a sentir su esencia, me demostró que no hay silencio, ni ausencia, ni dolor, que te haga olvidar a su ser interior.
Gracias a la vida por esta oportunidad, de volverte a encontrar.

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