Hubo
un momento en mi vida, en el que creí haber perdido el contacto con una
gran persona importante para mi. Un alma buena y noble, sencilla y con
un corazón muy grande.
Pero la vida me volvió a recordar, que solo
se necesita un instante en el que todo puede cambiar. Me dio un instante
de felicidad, de tranquilidad, cuando el contacto volvió a darse.
Volver a sentir su esencia, me demostró que no hay silencio, ni ausencia, ni dolor, que te haga olvidar a su ser interior.
Gracias a la vida por esta oportunidad, de volverte a encontrar.
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