lunes, 20 de enero de 2014

Las señales. II

Las señales no son producto de nuestra imaginación. Solo hay que mirar bien, con los ojos abiertos, y no solo con los ojos físicos, sino también con los ojos del corazón y del alma. Las señales van muy ligadas a nuestros actos y pensamientos. Las coincidencias no son imaginaciones nuestras, van en nuestras vivencias de nuestro destino, y siempre se nos muestran por un motivo importante.
Cuando veais esas señales debéis quedaros con aquella información que sintáis como cierta o que os resuene en el interior de vuestro corazón. Nada es casual.
Sólo hay que verlas, sentirlas y creer en ellas.

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