Las
señales no son producto de nuestra imaginación. Solo hay que mirar bien,
con los ojos abiertos, y no solo con los ojos físicos, sino también con
los ojos del corazón y del alma. Las señales van muy ligadas a nuestros
actos y pensamientos. Las coincidencias no son imaginaciones nuestras,
van en nuestras vivencias de nuestro destino, y siempre se nos muestran
por un motivo importante.
Cuando veais esas señales debéis quedaros
con aquella información que sintáis como cierta o que os resuene en el
interior de vuestro corazón. Nada es casual.
Sólo hay que verlas, sentirlas y creer en ellas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario