jueves, 28 de noviembre de 2013

Las palabras NO se las lleva el viento.

Muchas veces hablamos sin pensar en lo que decimos y en la repercusión que pueden tener nuestras palabras... No creas nunca la frase de que "las palabras se las lleva el viento", quizás haya frases que desaparezcan en el olvido, pero otras, ya sea por su importancia o por lo que pueda afectar a aquellos a las que van dirigidos, quedarán latentes por mucho tiempo.

Por ello, tienes que ser siempre consecuente con lo que dices y con lo que haces. No vives aislado en una burbuja, si crees que tus actos no afectan a nadie más que a ti, es que no tienes aún la capacidad de saber el poder que puedes tener en esta vida, ya sea para hacer el bien o para el mal. Así que analiza tu comportamiento antes de actuar, piensa en que todo aquello que realices será como una piedra que tiras en el agua, quizás creas que se ha ido al fondo pero, si te fijas bien, produce una gran cantidad de ondas que se extienden poco a poco...

Haz que todos tus actos tengan una repercusión positiva tanto para ti como para los demás. Eres dueño de tus actos y, por lo tanto, responsable de sus consecuencias.
Si realmente actúas con pasión, respeto, educación, compromiso y con la verdad por delante, podrás recoger los frutos con los que siempre has soñado conseguir.

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